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MURIO TOMMY

PERSONAJES :

AMALIA                                                   Madre de Ramiro. Viuda

DULCE                                                      Hermana de Amalia. Viuda, sin hijos

DOROTEA                                               Sirvienta

RAMIRO                                                  Hijo de Amalia

TOMMY                                                   Primo de Amalia y Dulce

ANTONIO                                                Vecino

LA OBRA SE DESARROLLA EN LA CASA DE AMALIA. ES UNA CASA ELEGANTE, COMODA Y LUMINOSA. SE TRATA DE UNA FAMILIA QUE VIVE SIN PREOCUPACIONES DE NINGUN TIPO, POSEEDORA DE UNA CONSIDERABLE FORTUNA.

Beatriz Zapata

Nov. 2002

 

PRIMER ACTO

DULCE :             (SENTADA EN UN SOFA HOJEANDO UNA REVISTA. A DOROTEA) Dorotea, tráeme un café.

DOROTEA:        Ahora se lo llevo, señora Dulce.

DULCE:               (EN SILENCIO, CONTINUA HOJEANDO LA REVISTA) Tanto tiempo para servirme un café ?

DOROTEA :       (ENTRANDO A ESCENA) Aquí está, señora Dulce.

DULCE :             (DÁNDOLE UN SORBO) Sin dulce.

DOROTEA :       Pero si no le puse azúcar…

DULCE :             Te he dicho que me digas señora, no señora Dulce. Ya se despertó el señor ?

DOROTEA :       El señor Ramiro ?

DULCE :             Cuántos señores viven en esta casa ?

DOROTEA :       Pues sólo el señor Ramiro.

DULCE:               Entonces?

DOROTEA:        Como no quiere que diga nombres… el señor MMMM hace como una hora que fui a su cuarto estaba durmiendo con la señorita….

DULCE :             No te pregunté con quién está durmiendo. Hablas demasiado! …Y la señora ?

DOROTEA :       La señora Amalia ?

DULCE :             Es imposible hablar contigo. Cuántas personas vivimos en esta casa?

DOROTEA:        El señor Ramiro, la señora Amalia y usted.

DULCE:               Entonces es obvio que no te pregunté por mí, porque yo estoy aquí, hablando contigo!

DOROTEA:        Ah, sí… La señora MMMMM está terminando de arreglarse. Yo creo que no tarda en bajar.

AMALIA:            Buenos días.

DOROTEA:        Buenos días. Señora MMMM quiere que le sirva el desayuno?

AMALIA:            Ésta está más loca cada día. No gracias.

DULCE:               Mira ésto… (ENSEÑANDOLE LA REVISTA) Esta nueva crema para los ojos: (LEE) extracto de levadura para fomentar la producción de ATP, carburante energético de células, y un lipopéptido, dos veces más poderoso que la vitamina C para estimular la actividad de fibroblastos y reactivar la síntesis de colágeno, de Chanel. No entiendo que es ATP, ni lipopéptido ni fibroblastos, pero hoy mismo voy a comprarla. Con todo eso que le ponen ha de ser buenísima!

AMALIA:            Yo vi otro producto que contiene citovitina y fitokina para estimular las macromoléculas de la dermis de Helena Rubinstein, que por supuesto tampoco entendí nada, pero con esos nombres deben hacer maravillas…  Ahora que la tuya me convenció más. Mencionan más cosas, así que cuando vayas compras una para mí también. Es formidable esto de la ciencia aplicada para nosotras, no? Adiós arrugas.

DOROTEA:        Uy no señora, qué va. Las arrugas una vez que salen, ya no se quitan con nada. Yo creo que a todas las cremas les echan lo mismo, pero ya porque tienen marca, las venden carísimas. Yo me pongo todas las mañanas la Teatrical y mire que lisita tengo la cara. Ande, tóquela.

AMALIA:            Cuando se es joven, siempre se tiene la piel “lisita”.

DOROTEA:        Por eso, no es cosa de cremas, sino de edá.

DULCE:               Dorotea, qué no tienes nada qué hacer en la cocina?

DOROTEA:        No, ya terminé.

DULCE:               (HACE GESTO DE DISGUSTO Y SIGUE LEYENDO) Qué te parece esta noticia? (LEE) Barbie tiene una rival. Se llama Emme en honor de la modelo americana conocida por haber creado una línea de ropa para las gordas, Emme, alias Melissa Miller usa talla 44 con 86 kilos, pesa dos veces más que una Barbie convertida a dimensiones humanas. Está en venta en las tiendas de juguetes de Nueva York a 100 y 120 dólares, guardarropa incluido. Qué te parece?

AMALIA:            Es una noticia formidable. Tal vez las que tenemos unos kilitos de más nos pongamos de moda!

DOROTEA:        Ay señora, cómo le gusta a usted soñar…

AMALIA:            (MOLESTA) He tenido mucha paciencia contigo, pero…

RAMIRO:           (ENTRANDO A ESCENA) Buenos días. Madre, qué hermosa estás esta mañana!… Hola Dulce.

DULCE:               Hermosa y sin haber probado las nuevas cremas…  Algo te va a pedir.

AMALIA:            Ramiro, hijito, no te imaginas qué gusto me da verte tan temprano de pie.

DULCE:               Pero si son las once!

AMALIA:            Bueno, ya sabes que él antes de medio día no sale de su cuarto.

DULCE:               Y la lagartija?

DOROTEA:        La lagartija es la señorita MMMM. (RÍE) Qué raro, porque esbelta no es, verde tampoco, ojos saltones, sí un poco.

RAMIRO:           (MIRA A DOROTEA CON DISGUSTO) Está tomando el sol.

DULCE:               Como de costumbre, por eso es la lagartija.

AMALIA:            Y esta señorita lagartija o como se llame ya se instaló en definitiva a vivir aquí?

RAMIRO:           Se llama Consuelo y ya te he dicho que estamos ahorrando para casarnos.

DULCE:               Ahorrando? Pero si ninguno de los dos trabaja!

RAMIRO:           Consuelo ha conseguido un empleo maravilloso. Va a comenzar mañana y sólo trabajará de 5 de la mañana a la 1 de la tarde.

AMALIA:            A las 5 de la mañana? No se va a levantar a esa hora jamás… Y en caso de que logre levantarse, dónde va a trabajar?

RAMIRO:           En una pescadería.

AMALIA:            Pero esto va a ser un escándalo social. Qué no pudo encontrar algo mejor? Ya me imagino los comentarios de nuestras amistades! Tú no lo puedes permitir…

RAMIRO:           No encuentro el problema. Es un trabajo como cualquier otro. Además, hay que ver el lado positivo: yo creo que ahora comeremos pescado más seguido… con lo que me gusta! Algo que nunca he entendido es por qué en esta casa casi nunca se come pescado.

DULCE:               Y yo lo que no entiendo es por qué siempre tienes que quejarte de algo.  Ahora que pensándolo bien, desde mañana ya no volveré a decirle a tu novia la lagartija.

RAMIRO:           Vaya! Qué gentileza…

DULCE:               Verdad que sí?… Ahora la llamaré la trucha.

AMALIA:            Por qué la trucha?

DULCE:               Porque los nombres de pescado son masculinos: el bacalao, el atún, el salmón, el caviar.

RAMIRO:           El caviar no es un pescado.

DULCE:               Tienes razón, además de que para ella sería muy fino.

DOROTEA:        Señora Dulce, perdón, señora…. Qué buena es usted para los apodos. A mi también me gustan y les he puesto uno a todos mis amigos:  El víbora, el peine, la pantera, la pulga... (SE QUEDA MIRANDO A DULCE PENSANDO)

DULCE:               Ni se te ocurra. Me pones uno y adiós trabajo!

DOROTEA:        No, si yo….

RAMIRO:           No entiendo qué tienen ustedes contra Consuelo. Es una chica excelente.

AMALIA:            Yo no le veo la excelencia por ninguna parte. Además, desde que ella entró en tu vida, ya no eres el mismo. Hasta hace poco, eras tan dócil.

RAMIRO:           Por qué dices eso?  Sigo siendo el mismo.

DULCE:               Desafortunadamente…

AMALIA:            No es verdad! Te ponías, por darme gusto tus pantalones cortos. Te lucían esas piernas tan lindas que tienes, y ahora te niegas. Ya sé que lo hacías para complacerme, pero desde que esa mujer entró en tu vida, no te los has vuelto a poner!

RAMIRO:           Con el frío que está haciendo? Además, eso le va bien a los chicos, pero yo…

AMALIA:            Ay sí, cuando eras niño te veías tan hermoso con tus pantaloncitos, y tu traje de marinerito.

RAMIRO:           No esperarás que me vista de marinerito a estas alturas?

AMALIA:            No tendría nada de malo…

RAMIRO:           Me parece que exageras.

AMALIA:            Te advierto que cuando se casen, si es que se casan, de ninguna manera vivirán aquí. Dios me libre de verla a toda hora tostándose en el jardín. Yo por más que la veo, no encuentro que te pueda gustar de ella.

DOROTEA:        Lo mismo digo yo.

AMALIA:            Además, he pensado que ahora que has decidido formalizar tu relación y que planeas casarte, ha llegado el momento de que te consigas un trabajo.

RAMIRO:           (ATERRADO) Qué?  Un trabajo? Y abandonar mi carrera de escritor?

DOROTEA:        Carrera de escritor?

RAMIRO:           Dorotea, cállate.

AMALIA:            Pero si no has escrito ni una línea en toda tu vida!

RAMIRO:           Ya empecé el primer capítulo de mi primera novela.

DOROTEA:        Pero cuál novela?

RAMIRO:           He dicho que te calles! Va a ser un éxito rotundo.

DOROTEA:        Un éxito rotundo????

RAMIRO:           Dorotea, vete a la cocina!

DOROTEA:        No, si aquí estoy muy bien.

RAMIRO:           Qué desvergüenza!…  En fin, les hablaré de mi novela. Se trata de un locutor que recibe todos los días una llamada de una mujer que le pide siempre la misma canción. La mujer empieza a tratar de seducirlo con esa voz sensual que posee y cada vez es más y más insinuante, más atrevida. El se divierte con el juego y empieza a interesarse por esa misteriosa mujer, pero en realidad, él está enamorado de una joven con quien piensa casarse. .

Al mismo tiempo, en su  ciudad se desatan unos asesinatos en serie y la policía es incapaz de encontrar al asesino.  Durante sus conversaciones, la mujer le da algunos indicios sutiles, porque ella es la asesina, pero él no los capta.  La mujer pasa a la acción, lo espía e incluso se le presenta, y descubre que tiene una rival. Una noche, él está inquieto y se sorprende de comprobar que la mujer no lo ha llamado. Empieza a reflexionar sobre todas las cosas que ella le había dicho, de su comportamiento un tanto extraño y es entonces cuando descubre el misterio, y adivina que su amada está en peligro. Deja su emisión y sale corriendo del estudio, con la esperanza de salvarla. Llega apenas a tiempo, cuando la asesina está a punto de matar, con un cuchillo en la mano. Ya fuera de sí, la mujer al verlo se le abalanza y justo en ese momento llega, salvadora, la policía.

DULCE:               Pero si esa es una película de los años setenta. Yo la ví. La canción que la mujer pedía era Misty.

RAMIRO:           Cómo? Un plagio! He sido víctima de un plagio!

DULCE:               Mira que se necesita….!

RAMIRO:           Bueno, no importa. Mi genio creador es inagotable. Ya pensaré en otra trama, una que cautive a mis lectores desde las primeras líneas, que ni por asomo se imaginen quién es el asesino. Pero para eso, tendré que reflexionar. Me pasé años para crear la otra. Es inconcevible. Tanto trabajo para nada!

DOROTEA:        Sí, cuánto trabajo…

RAMIRO:           Mira fámula. Ya he tenido mucha paciencia contigo, así que ahora te ordeno que te vayas a la cocina!

DOROTEA:        (ENOJADA) Si me sigues tratando así, ya no te dejaré entrar a mi cuarto. (SE DA CUENTA DE LA BARBARIDAD QUE ACABA DE COMETER Y BAJA LA CABEZA, AVERGONZADA).

RAMIRO:           Hay que ver la de cosas que se inventan.

AMALIA:            Dorotea, que acabas de decir?

DOROTEA:        Yo? Nada…

DULCE:               Que no lo oiste, Amalia? Dijo que ya no lo iba a dejar entrar a su cuarto.

RAMIRO:           Ah… Es que… colecciona estampitas de los actores más famosos… con sus biografías y yo… a veces voy a consultar algunos datos… para mi trabajo. Ah, es un trabajo agotador!

DOROTEA:        Bueno, la verdad es que desde que la señorita… (A DULCE) iba decir lagartija, pero no, verdá? Decía que desde que ella está aquí, ya no le interesan las estampitas, así que no sé ni por qué dije eso…

AMALIA:            A mí me parece que sí sabes… Estás celosa… Tienes novio?

DOROTEA:        (RUBORIZADA) Ay no señora…

AMALIA:            Tenía la esperanza de que tuvieras uno, porque he notado que estás un poco redondita, y me preguntaba si no estarías embarazada.

DOROTEA:        Qué cosas dice, señora…

RAMIRO:           Como esta conversación se está poniendo muy íntima y como mis ocupaciones me reclaman, no tengo más remedio que privarlas de mi presencia (VA A SALIR, PERO SUENA EL TELÉFONO Y ÉL CONTESTA) Alló ?… Sí, Antonio… qué gusto escucharte, como estás?…  Qué?….  Pero, cuando?…  Y es grave?…  Vaya, qué terrible noticia. Sí, yo les diré. Mantennos informados y gracias.

RAMIRO:           Era Antonio. Acaban de atropellar a Tommy.

AMALIA:            Y qué te dijo? Está en el hospital?

RAMIRO:           No sé. Sólo me dijo eso.

AMALIA:            Debiste haberle preguntado. En fin, ya llamará más tarde.

DULCE:               No me extraña. Tommy tiene tan mala suerte! Te acuerdas de aquella noche que sólo vino a contarnos sus tragedias y cuando se iba dijo: “sólo falta que me roben el coche?” Salió, y el coche ya no estaba! Se había asociado con su amigo Chinchulín en el negocio de las zapaterías y el tipo ese lo estafó y lo dejó en la calle. O aquella vez que iba aventando las llaves y las atrapaba al caer hasta que se le quedaron en los cables de alta tensión? Era de noche, las cerrajerías cerradas y tuvo que ir a dormir a un hotel, donde mientras dormía le robaron la billetera. Claro que lo habían hecho pagar la noche por adelantado… O peor aún, cuando entró a aquel estacionamiento con elevador, el dependiente le hace señas de que se detenga, él cree que le dice que avance y se mete a la caja del elevador con todo y coche, cuando el elevador estaba en el quinto piso! Oye, que lío para sacarlo de ahí. Encima, todavía llamó a su abogado, que por supuesto no pudo hacer nada y tuvo que pagarle sus honorarios.

AMALIA:            Sí, pero es tan bueno!

DULCE:               Pero te parece bueno después de que abandonó a la mujer con cinco hijos, para irse con la hija de su vecina que era de la misma edad y amiga de Evita, su hija la mayor? Luego ya ves, se quedó sin la mujer y sin la joven, porque ella lo dejó meses después porque roncaba.

AMALIA:            Tal vez no lo hubiera dejado si existieran en ese momento esas banditas que venden ahora para no roncar.

DULCE:               Para mí que lo de la roncada fue un pretexto… era demasiado joven para él.

AMALIA:            Como quieras, pero no me alegra lo que le acaba de suceder. Mal que bien, es nuestro único pariente.

DULCE:               Qué barbaridad! Yo tampoco me alegro.

RAMIRO            (VUELVE A SONAR EL TELÉFONO) Alló? Sí Antonio…  Hombre, qué pena…. Es increíble… Sí, yo les digo.

                            (DRAMATICO) Tommy ha muerto!

DULCE:               Qué me pondré para el entierro? El vestido negro de motitas blancas, o el de encaje negro con fondo violeta?

AMALIA:            El de encaje te va mejor. Ay, ojalá que vaya Horacio. Leí en el periódico que acaba de enviudar! Con la edad se ha puesto tan guapo! Yo debí casarme con él, pero en aquel entonces era tan pobre, que a papá le daba asma cuando lo veía rondar la casa. Te acuerdas que hasta convenció a su jefe que le ofreciera un puesto en Africa para alejarlo? Pero ahora, tal vez….

DULCE:               Claro que me acuerdo… Lo malo es que él pensó que tú no quisiste esperarlo y te casaste con Alfonso. Ay que suerte tuviste! Alfonso era perfecto. Lástima que se murió tan joven.

RAMIRO:           Yo casi no lo recuerdo, pero dicen que soy su vivo retrato.

DULCE:               Qué más quisieras!

AMALIA:            Y dónde será el velorio?

RAMIRO:           No sé. Antonio no me dijo. Me imagino que volverá a llamar para informarnos.

DULCE:               Lo malo es que estarán ahí las Velázquez. Esas mujeres son realmente antipáticas.

RAMIRO:           Esto es perfecto. Este puede ser un capítulo de mi próxima novela. Voy a recrear la escena exactamente como se produjo. Ustedes, por favor no se muevan. Que nadie se mueva. El teléfono suena, el protagonista se aproxima al teléfono sin prisa, ajeno a lo que el destino le depara. Dice: qué alegría escucharte… Marcelo, porque claro, no les voy a poner los mismos nombres. Marcelo le pone al tanto del accidente del pobre tío … Carlos. El protagonista, con tono sombrío pero con mucho tacto da la noticia a las mujeres. Éstas se horrorizan, imaginando a su amado y único pariente tirado en plena vía pública, con una sábana ensangrentada cubriendo su inerte cuerpo.

La angustia que se vive no tiene límite, y desde ese momento, un silencio envuelve el salón. (AMALIA, DULCE Y DOROTEA SE MIRAN ATONITAS, PENSANDO QUE RAMIRO HA PERDIDO LA RAZÓN). Ni un sonido, cada uno ensimismado en su preocupación y todos los pensamientos van hacia el buen tío Carlos.  Sus miradas están fijas en el teléfono, ávidos de recibir las noticias de Marcelo… Ernestina… tú mamá, saca de su bolsillo su rosario e invita a los demás a rezar con ella por el entrañable Carlos. Los minutos pasan lentamente y nadie se atreve a romper el silencio… Vuelve a sonar el teléfono, el protagonista se abalanza hacia él y contesta con voz trémula.  Al escuchar a Marcelo palidece, cuelga, y con infinito tacto da la terrible noticia del deceso de Carlos a esas dos damas sensibles y piadosas. Cuando lo hace las mujeres no pueden contener el llanto que desciende profusamente sobre sus mejillas. Todo es dolor, todo es tragedia, y justo en ese momento va a descubrise que….

DOROTEA:        Ah! Qué me está pasando….? (SE DESVANECE Y RAMIRO LA SOSTIENE).

DULCE:               Sólo esto nos faltaba… La sirvienta embarazada del señorito…

AMALIA:            Ramirito?

RAMIRO:           Sólo una vez mamá…

DULCE:               Con una basta.

AMALIA:            Vaya lío!

DULCE:               Y qué vas a escoger: trucha o sirvienta?

DOROTEA:        (VUELVE EN SI) Qué me ha pasado?… nunca había sentido esto.

DULCE:               Nunca habías estado embarazada!

DOROTEA:        Yo, no, señora…

AMALIA:            Tendremos que hablar de esto, Ramiro…

                            (SUENA EL TIMBRE) (DOROTEA VA HACIA LA PUERTA)

AMALIA:            No abras sin ver quién es.

DOROTEA:        (CASI SIN HABLA) Es el señor MMMM

DULCE:               El señor qué?

DOROTEA:        El señor (HACE SEÑAS) MMMM.  El señor… El señor Tommy.

AMALIA:            No abras! (TODOS ATERRADOS) Qué horror. Es una visita de ultratumba… Qué nos vendrá a reclamar?

DULCE:               Yo… no le debo nada. A menos que venga por las mancuernillas del abuelo que hice perdedizas para regalárselas el ingrato de Leonardo, que me plantó por la Velázquez.

DOROTEA:        Tal vez sólo viene a despedirse…

AMALIA:            No seas absurda!.. yo tampoco le debo nada… A menos que se haya molestado porque no lo quise recomendar con el Gobernador para que le diera un puesto…..

                            (AMALIA Y DULCE ESTÁN MUY JUNTAS MUERTAS DE MIEDO. RAMIRO ESTÁ SENTADO EN UN SILLÓN TEMBLANDO. NADIE SE MUEVE. SE OYEN FUERTES GOLPES EN LA PUERTA.)

ANTONIO:         Abran. Qué no hay nadie? Abran… Abran… Soy Antonio.

AMALIA:            (A DOROTEA) Otra broma como estás y te me vas de esta casa! Abre!

DULCE:               (EMOCIONADA) Es Antonio!!! Espera Dorotea, no abras todavía. Rápido, traeme mi espejito y mi lábiz labial.

DOROTEA:        (LE LLEVA LO QUE LE PIDE) Ay señora M, ni pintada ni en pie de guerra, el señor M la voltea a ver.

DULCE:               A ésta la mato…

AMALIA:            Calma, no es el momento….

                            (ENTRAN ANTONIO Y TOMMY)

ANTONIO:         Creí que no había nadie. Tommy ha estado un largo rato esperando que le abran.

                            (TODOS SE MIRAN ATERRADOS, Y DOROTEA SALE DE ESCENA MUY DE PRISA)

TELON

 

SEGUNDO ACTO

                            (TODOS LOS PERSONAJES ESTAN EN LA MISMA POSICION DEL ACTO ANTERIOR, MIRANDO CON TERROR A TOMMY). (AMALIA Y DULCE SE ACERCAN A ANTONIO).

AMALIA:            Antonio, no me lo tomes a mal, pero no crees que es de mal gusto que hayas traído a… Tommy?

ANTONIO:         El mal gusto no lo veo por ninguna parte, además de que yo no lo traje. El vino solito. Yo salía de mi casa y lo vi en la puerta, esperando que le abrieran.

DULCE:               Pero no te parece extraño que haya venido después de lo que acaba de suceder?

ANTONIO:         Que tuvieron algún disgusto?

AMALIA:            No es el momento de hacer bromas.

ANTONIO:         Yo no estoy bromeando.

DULCE:               Tenemos que guardar la calma. Es un hecho fuera de lo común al que evidentemente ninguno de los que estamos aquí nos hemos enfrentado.

ANTONIO:         Yo estoy muy calmado, y por lo que dices imagino que el problema es bastante grave… pero definitivamente, en asuntos de familia, yo no intervengo. (INTERCAMBIO DE MIRADAS DE LOS PRESENTES)

RAMIRO:           (A TOMMY, CON MIEDO) Como te podrás imaginar, tu visita nos deja un poco…  sorprendidos.

TOMMY:            Claro, debí advertirles que vendría. Lo que sucede es que vagaba sin rumbo fijo…

RAMIRO:           Sí… lo entiendo. Pero…

TOMMY:            Pasaba por aquí y toqué la puerta. Simple.

RAMIRO:           Estarás de acuerdo que tu visita es bastante inusual. Una visita…  de ultratumba.

TOMMY:            Ramiro, pero qué exagerado!

AMALIA:            O está jugando con nosotros, o no está consciente de lo que le sucedió. Hay quienes dicen que al morir no nos damos cuenta y deambulamos por ahí.

ANTONIO:         Qué dices Amalia? Hablas casi en secreto y no te oímos.

AMALIA:            Nada, decía que qué día tan extraño.

ANTONIO:         Y que lo digas.. el espectáculo del accidente me impresionó muchísimo. Hubieran visto…

DULCE:               Lo último que desearía es presenciar algo así. (A RAMIRO) Pregúntale a qué ha venido. Porque si quiere las mancuernillas, será mejor que vaya a casa de Leonardo.

RAMIRO:           Dominando el miedo he hablado con él, pero ahora las fuerzas me abandonan.

AMALIA:            Está bien… lo haré yo. Estoy muy arrepentida,  To..To..Tommy, de no haber hablado con el Gobernador para que te ayudara… realmente…  he sido muy egoísta.

TOMMY:            Amalia, qué gentileza. Siempre pensé que poseías una gran belleza de espíritu.

AMALIA:            Por favor.. no hables de espíritus! Puedes atraerlos y se nos llenará la casa.

TOMMY:            (RIENDO) Aparte de generosa, estás hoy muy bromista. En cuanto al Gobernador… podrías llamarlo esta semana? Estoy desesperado, porque no he encontrado trabajo a pesar de mis intentos.

DULCE:               Lo dicho. No se ha dado cuenta de nada!

ANTONIO:         Es tan gratificante presenciar una reunión familiar tan armoniosa!

DULCE:               Tommy, quiero confesarte algo. Es una historia vieja, pero es el momento de hablar. Las mancuernillas del abuelo, que te pertenecían por derecho, las escondí y se las regalé a Leonardo… y es que estaba tan enamorada de él.

TOMMY:            Ya lo sabía.

DULCE:               Cómo?

TOMMY:            Sí. Las traía puestas el día de su boda con Lolita Velázquez.

DULCE:               Se las puso el día de su boda el muy canalla?

TOMMY:            Nunca te dije nada para no importunarte.

RAMIRO:           Vaya que eres considerado!

AMALIA:            Bueno, y entonces…  a qué has venido?

TOMMY:            Y dale con la pregunta. No creí que mi presencia creara tal desconcierto. La verdad es que me quedé muy impresionado por lo de esta mañana y me sentí muy solo.

DULCE:               Cómo no!

ANTONIO:         Fue impactante. El pobre Tommy cruzaba la calle, cuando lo alcanzó un automóvil. Aún lo veo ahí tirado, con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

AMALIA:            Antonio, por favor…

ANTONIO:         Convulsionado, movía las patas sin cesar.

RAMIRO:           Antonio más respeto…

ANTONIO:         Sus aullidos se escuchaban por toda la calle…

DULCE:               Aullidos? No podrías utilizar otro término.

ANTONIO:         La pobre bestia.

AMALIA:            No le llames bestia, por favor.

ANTONIO:         Bien, el pobre animal estaba sufriendo desesperadamente. Por fortuna, el veterinario de la esquina estaba en su consultorio, y acudió en seguida.

TOMMY:            Sí… fue espantoso. (TODOS LO MIRAN INCREDULOS)

ANTONIO:         El veterinario sacó una jeringa de su maletín, y…

DULCE:               Por qué no llamaron a un médico.

ANTONIO:         (EXTRAÑADO) Un médico? Para qué? Decía que el veterinario sacó una jeringa. Para entonces ya había llegado Doña Laura Limón. El veterinario le preguntó si estaba de acuerdo en que le pusiera una inyección para que dejara de sufrir y ella aceptó.

RAMIRO:           Y ella con qué derecho?

ANTONIO:         Ella era la propietaria de Tommy.

DULCE:               Jamás pensé que se podía adquirir a alguien así como así.

ANTONIO:         El veterinario lo inyectó y el pobre dejó de existir.

TOMMY:            Esa mujer es detestable.

AMALIA:            Después de lo que acabo de oir, estoy de acuerdo. Más que detestable, es una asesina.

TOMMY:            Cuando se enteró que Lucía me había abandonado y que mi esposa me rechazó cuando intenté volver a la casa, inició una campaña de acoso que no me daba tregua. Me llamaba por teléfono todo el día, se me presentaba en la casa, me mandaba poemas, y el día de San Valentín me mandó 143 claveles con una nota que decía que descubriera el acertijo. Como no descubrí nada, tuvo que explicarme que era I love you 1-4-3. Cuando se dio cuenta que yo no estaba en lo más mínimo interesado, cambió del amor al odio.

RAMIRO:           Ay que tener cuidado con ese tipo de mujeres. Pueden llegar a ser realmente peligrosas. Se me acaba de ocurrir hacer una novela con ese tema. Una mujer conoce a un hombre, y consigue seducirlo, para él, una aventura, porque él es casado, para ella, una pasión malsana, él la rechaza, ella lo acosa, secuestra a la hija, intenta matar a la mujer y casi consigue matar al hombre.

DULCE:               En primer lugar, me parece inoportuno que salgas con otra de tus historias en este momento, pero además, esa también es una película… con Michael Douglas y Glenn Clos, que se llama Atracción Fatal.

RAMIRO:           Qué barbaridad… otro plagio… qué mundo!

TOMMY:            La obsesión de esta mujer no llegó a tanto, pero sin embargo, compró un perro y le puso Tommy. Esta mañana, cuando el pobre animal estaba ahí tendido, ella se lanzó sobre él y le gritaba Tommy, Tommy, por favor no me dejes, y yo, sentía como que el que se estaba muriendo era yo.

AMALIA:            No nada más tú…

TOMMY:            Cada vez que decía “Tommy”, yo sentía que me iba a desmayar. Y cuando decía no me dejes, sentía que no se lo decía al perro, sino a mí. Jamás la perdonaré.

AMALIA,

DULCE

RAMIRO            De modo que el que murió fue el perro.

AMALIA:            Yo ni siquiera sabía que esa mujer tuviera un perro…

DOROTEA:        (ENTRANDO) (A AMALIA) Señora MMM, salí por la puerta de servicio y fui a la iglesia. Prendí una veladora para el señor MMM y traje agua bendita. No quiere darle una rociadita para ver si se va?

AMALIA:            Guárdala por si se ofrece para otra ocasión, porque esta vez ya no. El que murió fue un perro!

DOROTEA:        (SUENA EL TELÉFONO Y VA A CONTESTAR) Allo?… Sí…

RAMIRO            Quién es? (DOROTEA LE HACE SEÑAS DE QUE BAJE LA VOZ)

DOROTEA:        Claro, le conocí la voz… Nada más eso?… yo le diré.

DOROTEA:        Era la lagartija-trucha. Dice que ya se cansó de que nunca le hace caso y que hizo sus maletas y se fue y que además ya no soportaba a las viejas amargadas de doña Amalia y doña Dulce. Bueno, no dijo ni doñas ni sus nombres, pero quiénes más?

RAMIRO:           Pero por qué no me pasaste la bocina?

DOROTEA:        Ella no quiso, sólo me pidió que le diera el recado…

RAMIRO:           De todos modos, ya me estaba cansando de ella…

AMALIA:            Qué alegría. Un problema de menos.

DULCE:               Sí… pero queda el otro (SEÑALANDO A DOROTEA)

ANTONIO:         (ACERCANDOSE A DULCE) Sabes, Dulce, nunca me había dado cuenta de la gran sensibilidad que posees y que se manifestó de manera tan evidente este día; eso es lo que más admiro en una mujer. Otro detalle que me impactó, es tu valor al confesar ese episodio de las mancuernillas. Debo decirte que este día te veo desde una óptica diferente… Qué te parece si vamos a mi casa y te muestro las lámparas de batik que acabo de comprar, y te hago escuchar a Vivaldi mientras te preparo un thé de jazmín.

DULCE:               Acepto. (TOMA EL BRAZO QUE LE OFRECE ANTONIO Y SALEN)

DOROTEA:        Estoy segura que la señora MMM igual que yo no entendió eso de la óptica, no sabe qué es batik,  no conoce al tal Vivaldi, y que además detesta el thé de jazmín, pero esta oportunidad no se la pierde…

AMALIA:            (A DOROTEA) Creo que ya es tiempo de que tú y yo tengamos una larga conversación, jovencita. Te espero en la biblioteca Ramiro, porque este asunto tenemos que arreglarlo los tres. Hasta más tarde, Tommy. (SALEN)

RAMIRO:           Voy en seguida. (A TOMMY) Te quedarás a comer con nosotros, no?

TOMMY:            Con mucho gusto.

RAMIRO:           Sólo dame unos minutos para arreglar este asunto. Sabes Tommy? después de todo, no sabes el gusto que me ha dado verte hoy.

FIN

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